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Analizan el efecto del ayuno del ganado vacuno previo al sacrificio en el peso de las canales

El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay ha llevado a cabo un proyecto que consistió en dos investigaciones para estudiar las diferencias de peso que las canales pueden tener, en caso de ocurrir una modificación en el esquema de carga de los animales, con una diferencia correspondiente en las horas de ayuno. La investigación fue solicitada por la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin), El estudio fue elaborado por Juan Clariget, del INIA, recoge el diario El Observador.

Según el estudio, el impacto económico que esa modificación en el manejo antes del sacrificio puede traer es la obtención de 3,5 y 3,7 más de peso por cada canal, lo que implicaría un aumento de 11,5 dólares por cada una de ellas.

De acuerdo con las conclusiones del estudio, presentado por el investigador Juan Clariget, del INIA, y por el presidente de Aupcin, Álvaro Ferrés, esa diferencia en los 2,3 millones de animales que se sacrifican cada año puede representar 26,5 millones de dólares, disminuyendo costes a lo largo de la cadena cárnica.

La investigación consistió, por un lado, en el sacrificio de 634 cabezas de ganado vacuno provenientes de cebo de diferentes productores, que se separaron en dos lotes. Uno de ellos fue mantenido en las mangas hasta la carga para su transporte y el otro fue devuelto a los corrales. El primero de ellos pasó la noche en los corrales del matadero y en el otro los animales recibieron la alimentación normal en los corrales y fueron cargados a la mañana siguiente temprano.

Todos los animales fueron sacrificados al mismo tiempo, uno de ellos con más tiempo de espera en el matadero que el otro. Según Clariget, aquellos animales que no habían estado por la noche en los corrales y habían tenido menos ayuno, tuvieron pesos de 3,5 kg más por canal. Resaltó además la necesidad de que los animales tengan un tiempo mínimo de espera en los mataderos para desestresarse tras el transporte.

En el segundo de los trabajos realizados, se sacrificaron 251 cabezas de Hereford y Angus y se dividieron en 5 lotes. Los novillos se quedaron en el pasto con suplementos de sorgo de granos húmedos al 0,8% del peso vivo. Se tomó en cuenta el consumo de agua tanto en los cebaderos como en los mataderos. Dos de los lotes fueron montados y uno de ellos recibió una ración más de alimento y fue sacrificado tras 6 horas de ayuno mientras que el otro ya tenía 26 horas de ayuno.

Los animales fueron retirados del campo a las 7 horas del montaje de los dos lotes, dejando uno en las mangas que fueron enviados a las 17 horas para esperar toda la noche en el frigorífico, mientras que el otro lote regresó al campo y donde quedó hasta las 3 horas del día siguiente, cuando se realizó la segunda carga. Se normalizaron las horas de viaje (cuatro horas) y las dos horas de espera del segundo lote, resultando en 3,7 kg adicionales de peso por canal a favor de los animales con menos ayuno, en contraste con lo que tuvo un proceso de sacrificio más tradicional.

Clariget explicó que las diferencias en el peso de las canales no se perdieron después del enfriamiento de las canales, de modo que los mataderos no perdieron peso en las canales a las 36 horas después de que la canal entrara en la zona de frío.

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