Los carniceros franceses piden amparo al Gobierno por una oleada de ataques de extremistas veganos
Los carniceros franceses están hartos. También algunos pescaderos. Y muchos restauradores. Los actos vandálicos contra sus comercios perpetrados por grupúsculos radicales veganos se han multiplicado en los últimos meses. Los proveedores de los productos imprescindibles para los platos que han encumbrado la gastronomía gala se sienten acosados. Ahora, el lobby carnicero se ha puesto en pie de guerra: reclama ayuda al Gobierno para poder seguir trabajando tranquilos. Dicen que lo que sufren no es otra cosa que “terrorismo”. Y consideran que la suya es una lucha contra los “dictados de unos fanáticos” para defender algo básico en el país, el derecho, sostienen, de los franceses a comer lo que les dé la gana. Pero los veganos no están dispuestos a dejarles la última palabra ni a permitir que se acuse a toda una comunidad por los actos, afirman, de una minoría no representativa.
El último incidente ha ocurrido esta semana. El dueño de la carnicería-charcutería Emmanuel & Bertrand Lebouc de Angers, a unos 300 kilómetros al suroeste de París, se encontró al abrir su comercio con la puerta rota y pintadas en el escaparate de la tienda con lemas como “carne = muerte” o “Stop al especismo”. Unos días antes el restaurante Les 3 Coqs de Lille fue el objetivo de estos grupos. Acabó con un escaparate roto a pedradas y una pintada casi idéntica: “No al especismo”. Engrosaba así la lista de restaurantes, carnicerías y hasta una pescadería de esta ciudad del norte de Francia que en las últimas semanas han sufrido similar vandalismo.
Pese a que hasta ahora han sido hechos aislados, para la Confederación Francesa de Carnicerías, Charcuterías y Restauración (CFBCT), que agrupa a 18.000 pequeños empresarios de todo el país, es algo muy grave. Tanto que han enviado una carta al ministro del Interior, Gérard Collomb, reclamándole protección ante lo que consideran una estrategia de “intimidación” por parte de “fanáticos” que “quieren imponer” su modo de vida. Estos actos, afirmó el presidente de la Confederación, Jean-Franóis Guihard, son comparables a “una forma de terrorismo” que busca “hacer desaparecer un sector entero de la cultura francesa”.
Esa es una acusación “muy grave”, responde Chloé Ka, portavoz nacional de 269 Life France. La carta de los carniceros acusa indirectamente a esta organización vegana -conocida por sus “acciones de choque”, como lanzar sangre falsa- de estar detrás de los últimos ataques, algo que esta niega. “No hemos llamado jamás a perpetrar actos de vandalismo”, afirma en entrevista telefónica y anuncia que su grupo responderá al acto de “discriminación” de los carniceros contra toda la comunidad vegana por las acciones de unos pocos. “Es terrible para la gente que ha optado por una forma de vida y que de pronto se ve estigmatizada. Si reemplazáramos la palabra vegano por musulmán o gay en su carta, habría una protesta generalizada”, sostiene.
A Élodie Vieille Blanchard, presidenta de la Asociación Vegetariana de Francia (AVF), le preocupa sobre todo que se estén “sacando de contexto” unas acciones vandálicas que, al fin y al cabo, dice a este diario, son “raras y no afectan jamás a personas”. Estas acciones “desacreditan” todo un movimiento que busca vías de convivencia y, a la par, lamenta, “dan argumentos a todos los que viven de la explotación de animales para criticar al veganismo”.
Quizás la mejor respuesta sea la de los dueños de Canard Street, un restaurante de Lille especializado en pato que a comienzos de mes también se encontraron sus escaparates rotos. “Hemos sido víctimas de un ataque armado con piedras por veganos extremistas (sí, existen), pero antes que veganos, son sobre todo idiotas que no representan para nada al movimiento vegano y sus creencias”, escribieron en un mensaje en las redes sociales en el que invitaron a los “amigos vegetarianos, veganos y por supuesto omnívoros” a regresar a su negocio. “Os recibiremos a todos con una sonrisa”.