El sector alimentario censura las presiones de Igualdad Animal por los huevos
Algunas empresas hablan de “coacción” y “chantaje” y no descartan tomar medidas legales. Desde Inprovo advierten que las imágenes difundidas por la asociación no corresponden a la realidad.
Representantes de la industria alimentaria, distribución y hostelería critican las “presiones” a las que se ven sometidos por Igualdad Animal y sus métodos para acabar con los huevos producidos por gallinas criadas en jaula.
Fuentes del sector consultadas por Efeagro hablan incluso de “coacción” y “chantaje”, y aseguran que, aunque por el momento no han interpuesto denuncias, no descartan tomar medidas legales.
Los primeros -y prácticamente los únicos- en alzar la voz de forma pública contra Igualdad Animal fueron los responsables de Grupo DIA, que aseguran ser objeto de una campaña de desprestigio por no plegarse a sus exigencias y dejar de venderlos.
“No tendremos más remedio que iniciar una campaña de información” de no cambiar de postura, reza uno de los mensajes enviados al Grupo por un miembro de Igualdad Animal al que ha tenido acceso Efeagro.
Los responsables de la organización animalista califican como “lícitas, éticas y amparadas por la legalidad” este tipo de campañas “de información” dirigidas a los consumidores.
A lo largo del mes de julio, la citada entidad llevó a cabo una acción contra la cadena en redes sociales y repartió folletos frente a su sede y sus tiendas. En los últimos días, se han difundido nuevos vídeos con presuntas malas prácticas.
“Las noticias e imágenes que circulan en Internet no reflejan ni la realidad del sector productor de huevos español, ni la de la producción en jaula en la Unión Europea”, afirma la directora de la Organización Interprofesional del Huevo y sus productos (Inprovo), María del Mar Fernández.
No hay relación con sistemas de producción hay bienestar animal
Defiende que no existe relación directa entre determinados sistemas de producción y bienestar animal, sino que tiene que ver con muchos otros parámetros, como la disponibilidad de alimento y agua, el alojamiento (que en cualquiera de los sistemas debe ser confortable), la salud de los animales y su comportamiento (sin estrés o agresiones).
Además de las normas de bienestar -que son de obligado cumplimiento- la Unión Europea (UE) ha establecido un protocolo voluntario que certifica ese bienestar a través de técnicos externos, el llamado “Welfare Quality”.
“En España cada vez más productores lo aplican para garantizar a sus clientes que son profesionales que cuidan el bienestar de las gallinas. El sistema de producción es una indicación comercial al consumidor sobre el tipo de granja que produce los huevos y no indica el grado de bienestar de las aves”, insiste Fernández.
Desde DIA subrayan que en sus supermercados ponen a la venta diferentes tipos de huevos para que sea el cliente quien elija y hacen hincapié en el aumento del coste que dejar de producir con gallinas en jaula supondría para los fabricantes.
Insisten, además, en que éste es un sistema de producción amparado por la legislación europea y no detectan por el momento que suponga una preocupación para la mayoría de consumidores.
Igualdad Animal, por su parte, pretende que el grupo español de distribución ceda y siga los pasos “de Mercadona, Carrefour, Eroski, El Corte Inglés, Aldi, Lidl y más de 400 empresas en todo el mundo“, que ya se han comprometido a dejar de vender huevos de gallinas criadas en jaula, aunque sea a varios años vista.
Un portavoz de otra de estas empresas reconoce -bajo condición de anonimato- haber recibido “presiones” de asociaciones animalistas para acelerar el proceso y comprometerse a retirar este tipo de huevos varios años antes de lo que la compañía había previsto inicialmente para no verse sometidos a una especie de boicot.
“Muchas veces no depende sólo de nosotros porque el proveedor no está preparado, puedes llevarles a la ruina”, añade dicha fuente.
“Rayan en la extorsión”, aseguran responsables del sector de la distribución, quienes afirman que reciben estas presiones por diferentes motivos “con mucha frecuencia, aunque con diferentes grados de intensidad; hay grupos ecologistas y animalistas que lo hacen de forma más razonable que otros”.
El presidente de Inprovo, Medín de Vega, acusó a Igualdad Animal recientemente de “prácticas coercitivas” y considera que “no tiene sentido atacar la producción de huevos en la UE, donde somos pioneros en implantar los estándares más elevados para garantizar el bienestar animal, la seguridad y el respeto al medio ambiente“.
También cargan contra Igualdad Animal desde el sector de la restauración en hoteles, otro de los objetivos de sus campañas.
Uno de los grupos afectados fue VP Hoteles, cuyos portavoces denuncian: “Nos hundieron la clasificación en Tripadvisor” y llegaron a enviar “más de 200 correos electrónicos diarios a las cinco cuentas” de correo de la cadena.
De hecho, el gremio de hoteleros madrileños incluso llegó a poner a disposición de los asociados los servicios de su despacho de abogados en caso de que se considere ser víctima de “insidias y coacciones”.
Desde entidades como Greenpeace o WWF declinan comentar el caso concreto de Igualdad Animal, pero defienden la adopción de acciones de protesta pacífica; destacan que huyen del tono “amenazante” e inciden en su carácter dialogante y apuntan que las empresas del sector también ejercen presión en las instituciones a través de sus “lobbies”.
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