Noticias

Una cerca contra la peste porcina

El sector porcino de Dinamarca tiembla ante la nueva amenaza del virus de la peste porcina africana (PPA), que de atravesar las fronteras del país escandinavo ocasionaría un perjuicio millonario a esta fructífera industria. Para reducir los riesgos, el Gobierno danés ha empezado a construir una alambrada en la frontera con Alemania, el único país con el que limita por vía terrestre. El objetivo es evitar que los jabalíes, a quienes también afecta el virus, puedan cruzar hacia territorio danés.

Aunque en Alemania no se ha confirmado ningún foco de la peste porcina ni en jabalíes ni en explotaciones ganaderas, la premisa de Dinamarca es que más vale prevenir que curar. Y su temor no es infundado, ya que la detección de un foco de PPA supondría el cierre inmediato de sus fronteras a la exportación de porcino fuera de la Unión Europea, lo que representaría unas pérdidas millonarias para un sector eminentemente exportador. La danesa es una de las industrias porcinas más potentes de Europa, en el top 3 de exportaciones, sólo por detrás de España y Alemania.

 

 

Peste porcina

Un foco del virus africano en el ganado supondría pérdidas millonarias para el sector

Este pequeño país nórdico cuenta con unos 5,7 millones de habitantes y con casi 13 millones de cerdos (de hecho, es el único país europeo con más cerdos que personas), y exporta más de un 85% de su producción. Las ventas al exterior de la industria porcina ascienden a unos 4.000 millones de euros, según datos oficiales del 2016.

La construcción de la alambrada empezó ayer cerca de la localidad de Padborg, en el fiordo de Flensburgo, y se prevé que esté terminada en otoño. La valla, de 70 km de largo, tendrá una altura de 1,5 m y 50 cm de profundidad para evitar que los jabalíes puedan atravesar escarbando. Incluirá, eso sí, una veintena de aperturas permanentes en los puntos de cruce de la frontera del área Schengen y donde coincida con zonas de intersección con grandes vías fluviales.

El proyecto tiene un coste estimado de unos 11 millones de euros y forma parte de un programa más amplio que fue acordado en marzo del año pasado por el Gobierno y la formación de ultraderecha Partido Popular Danés para proteger al sector porcino de la PPA, y que fue aprobado por el Parlamento en junio. Además de poner la valla, Dinamarca ha intensificado la caza de jabalíes y ha aumentado las sanciones por incumplimientos en las normas de higiene animal en el paso fronterizo, entre otras medidas preventivas.

 

 

La construcción de la alambrada levantó críticas entre organizaciones medioambientales, que consideraron la medida ineficiente y más simbólica que práctica, y alertaron de que tendrá impacto sobre otros animales salvajes. Por ejemplo, el biólogo de World Wildlife Fund (WWF) Thor Hjarsen criticó en declaraciones al periódico danés Jyllands-Posten que la decisión era “poco profesional y claramente basada en objetivos políticos”.

Objetivo claro

Se pretende romper la cadena de contagio y reducir el riesgo

El Gobierno, sin embargo, se ha mantenido firme en la prevención. “Tenemos miles de razones para hacer lo posible para impedir que la peste porcina africana llegue a Dinamarca y ahora podemos erigir la valla. Con ella y con nuestra caza al jabalí queremos romper la cadena de contagio y reducir el riesgo”, afirmó el ministro de Agricultura, Jakob Ellemann-Jensen, en un comunicado.

La peste porcina africana es altamente mortífera entre cerdos jabalíes, aunque inofensiva para humanos y otros animales. La primera incursión del virus en Europa fue en 1957, cuando entró a través de Portugal y se extendió por el sur de Europa, causando estragos económicos a la industria porcina de España. Tuvieron que pasar cuatro décadas para erradicar el virus en la península Ibérica, pero ahora vuelve a amenazar en el continente, esta vez por el este.

 

 

La PPA volvió a Europa en el 2007, entrando por Georgia a través de productos porcinos infectados procedentes de África. Desde entonces se ha extendido a Letonia, Lituania, Estonia, Polonia y la República Checa. También Bélgica detectó el año pasado 32 casos en jabalíes, y a principios de este año se abatieron otros dos a muy pocos kilómetros de la frontera con Francia, tras lo que el Gobierno francés anunció una nueva zona de “vacío sanitario” en la que se matarán todos los jabalíes para prevenir que entren en territorio francés.

En la web